La oveja crespa del grupo

Cuando era chica nunca me di cuenta, pero ya de más grande al ver las fotos de la infancia y la adolescencia es obvio, siempre era la que desentonaba y no por fea, sino más bien por crespa.
Desde que nací soy crespa, pasé en mi tierna infancia por etapas más lisas debido al abuso del secador de pelo por parte de mi mamá, pero sería todo, cuando recuperé el control de mi pelo recuperé también sus curvas, salvajes en un comienzo, dóciles y obediente ahora (gracias san pantene!).
Ser crespa en un universo de chicas de mechas tiesas o como máximo un pelo algo ondulado que se esfuerzan por ocultar con la plancha, finalmente termina marcándote, no eres igual al resto y tiempo después la diferenciación se transforma casi en un desafío o más bien una obsesión.
Siempre me he preguntado por qué la gente se viste de negro cuando va a una entrevista ¿acaso se murió alguien?, no!, debería ser todo lo contrario, tu vestuario debería reflejar tu espíritu (guardando la compostura, decencia y buenas costumbre por su puesto), otra pregunta que siempre que pienso en el tema se me viene a la mente es ¿porqué todas las mujeres salen iguales de la peluquería? ¿trabajarán los peluqueros y estilistas un molde? si buscas a alguien en un grupo de mujeres que te dan la espalda, te aseguro que no podrías distinguirla, todas te parecerían iguales !! es como salir a la calle y caminar entre puros espejos.
En fin, lo cotidiano me aburre y lo diferente me atrae. Se que nunca voy a estar entre las más populares, con suerte si no me hacen a un lado voy a frecuentar un par de círculos sociales, total se que siempre voy a ser la oveja crespa del grupo. Yo feliz!
Atrévete a ser diferente y brillar con tu luz propia

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